martes, 24 de noviembre de 2009

La Tierra de la estupidez sera aniquilada



Las paredes del dolor se van construyedo
el rey de la estupidez será reverenciado

La vida es una copa de veneno,
quien nos la otorga
¿La pericia de beberlo es una anciedad necesaria?
La sabiduría del águila vive y habla en el sol
solo agitando sus alas espiritualmente

Yo habito en su par de ojos
Deseando poder elegir
entre oscuridad o luz
Podría ahora ver hacia el futuro
En esta seca ciudad de escombros
Conectando los puntos sin poder
desahogarme
Por cosas completamente sin sentido

Flamas como la soledad
abrazando este cuerpo llega la calma
Y el agua goteando hacía la alcantarilla

Aún si esta vida se llena de veneno
este sueño de muerte lo anhelo
Por su puro nacimiento
hacia la Tierra.
Los talones del águila se alejan de
la fortaleza
solo volando,
solo agitando sus alas

Antes tu me sacrificarás
en este cielo azul
yo esperaré en donde  la tierra se
uné con el cielo.

Estos recuerdos como flores y frutos
se están quemando,dolorosamente
soltando sus amarras de la piel
¿Dónde esta mi alma que ese día se fué?

Recolectando y tocando
esta fría piel,
atando la heridas del corazón

¿Debo una vez mas seguir el mapa?
Grabandolo aquí
este mundo tiene alas invisibles
que se ocultan entre la sombras
Disparando a esa única ala blanca

La vida es un brindis,
un placer transmitido por una palabra
desde la boca
Debil y sediento de risa y de respiración
el sensual encuentra, la comodidad en la palma
de tu mano, solo expande esa oscuridad

Ah, esta destrucción es belleza dispersa,
antes de este extasis tu seguirás estando aquí

Las paredes del dolor se desmoronan
La Tierra de la estupidez será aniquilada

La vida es una copa de veneno
quien nos la otorga
¿La pericia de beberlo es la tristeza del amor?
La silenciosa águila
duerme y habla sobre la luna
solo avalndosé como una voz llorando

Mi vida es una demostración de brindis
aún si la copa esta llena
El juego de una muerte transitoria
que nunca termina
Los talones del águila se alejan de la fortaleza
Sólo volando, solo agitando sus alas

Antes de que me sacrifiques en este cielo azul
soy testigo del tiempo que les diste
al nacimiento del crimen y del castigo.

Alabanza a la delicadeza de la humanidad



La lluvia cae y llena el caliz de oro
Sirve y amontona los platos del deseo
En la punta del cuchillo de plata,
la carne baila

Descansa y mantiene en tu boca
el hueso del intestino
Vomi y expulsa
tu caldo de codicia
Tiñe tu testamento con la pura sangre
de tus labios

Saboreando primero con los ojos
La euforía de la epiglotis el cerebelo
Lamiendo y sorbiendo la médula
¿Este es el placer de vivir?

Ven ahora,permíteme compartir
la cena juntos
Amarás a los glotones
Te volverás un esclavo con
cosas impares deliciosas
No hay nada en este mundo
que no pueda comerse
Serás encantado por el cuerpo y el corazón
Tú puedes dormir dentro de la flor
Como la abeja melífera se ahoga

Mezclas y amazas una gota de veneno
Lanzas al lado
y quitas las mesas esterilizadas
Date cuenta de la verdad
al fondo de los olores podridos

Indulgencia ácida,
tu aún no te das cuenta
Escondido en el coral,
Tu cuerpo es fulgor

Tu eres igual de hermoso
como eras antes
Ahora,
estas pidiendo las cosas
que dan placer

Ven ahora,
permíteme compartir
la cena juntos
La gastronomía se volverá
magnifica
En la rara lengua congénita
Corre,
olvidate de las palabras,
no puedes decribir este banquete.
Hoy, busca y vaga
sobre un considerable grado,
Como la cuenta lastimosa
pidiendo sangre como pago

Envejeciendo, deteriorandote
vergonzoso es tu amor,
es tu apetito
llena tu boca,
come todo lo que puedas
Este es el extasis de tu vida

Ven ahora,
Permíteme compartir
la cena juntos
los glotones escogidos
Te volverás un esclavo de la delicadeza
y de la glotonería
No hay nada que no pueda comerse
Come, bebe, vomita y excreta
llora vive ríe y muere
el resultado para sobrevivir
a esta experiencia
necesitas salud,
acaba completamente con esto

Por favor, este cuerpo esta pereciendo
Antes de aceptar
Deja lo que está dentro del estómago,
detrás.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El Doctor Fausto

Escenas I-IV
En la escena primera, Fausto reflexiona sobre los mejores tipos de estudio; considera primero la lógica, tal como fue enseñada por Artistóteles, pero la rechaza, pues su único fin, al parecer, es discutir, algo en lo que Fausto ya es bueno, y por lo tanto, no le es útil. Considera entonces la medicina, citando a Galeno, pero dado que él ya ha ganado una gran reputación como médico, y que la medicina no puede dar la inmortalidad, ésta tampoco es suficiente para él. Procede entonces a estudiar la ley, citando al emperador bizantino Justiniano, pero descarta la ley por ser insgnificante, ya que trata sobre cosas pequeñas. Queda entonces el estudio de la divinidad, la teología, sin embargo, dice la biblia que todos los hombres pecan, y más tarde que el castigo del pecado es la muerte, lo que Fausto considera inaceptable. Por esto Fausto decide investigar la magia y la nigromancia, que le convertirán en un "dios todo poderoso".


Fausto pide a su sirviente Wagner que traiga a Valdés y a Cornelio, dos amigos que se dedican a la nigromancia, mientras éstos llegan, el ángel del bien y el del mal visitan a Fausto. El ángel del bien le urge a abandonar sus ideas sobre la magia y a que busque la sabiduría en la biblia. El ángel del mal, por su parte hace todo lo contrario, hablándole de los grandes poderes que la magia le proporcionará. Una vez éstos se han ido se hace claro que es al segundo ángel al que Fausto va a escuchar. Fausto imagina cómo enriquecerse, mandando a los espíritus a buscar joyas y especias al fin del mundo, haciendo que le revelen los conocimientos prohibidos, y haciéndose de rey de toda Alemania.

En la escena segunda otros dos doctores acuden a casa de Fausto, donde Wagner les indica que éste está ocupado, reunido con Valdés y Cornelio. Los académicos, preocupados por las nuevas amistades de Fausto, temen que esté involucrándose en las artes mágicas. La escena tres describe esa noche, en la que Fausto renuncia al cielo y a Dios, y jura lealtad al diablo; el demonio Mefistófeles aparece entonces, pero Fausto, no acabando de creerlo le dice que se vaya y regrese vestido de franciscano, ya que "esa es la forma sagrada que mejor sienta al diablo". Mefistófeles obedece a sus deseos, y al reaparecer, Fausto le pide que jure obediencia, sin embargo, Mefistófeles dice que solo puede obedecer a Lucifer. Fausto comienza a preguntar al demonio sobre el infierno y el Diablo, a lo que éste responde que tanto Lucifer como sus demonios fueron ángeles que se revelaron a Dios y fueron condenados al infierno para siempre. Fausto encuentra una contradicción aquí, puesto que Mefistófeles está en la tierra, por lo que este explica que el infierno está en todas partes, pues es verse privado de la presencia de Dios lo que significa el infierno. Fausto rechaza el aviso implícito de Mefistófeles, y clama que venderá su alma al Diablo a cambio de que Mefistófeles le conceda 24 años de servicio. Mefistófeles parte entonces para dar el mensaje a su maestro.

Wagner, por su parte conversa con un bufón, al que trata de convencer para que se haga su sirviente durante siete años. El bufón es pobre, y en principio acepta, pero luego rechaza la oferta. Wagner conjura a dos diablos para que asusten al bufón, el cual se aterroriza y acepta la propuesta. Durante la obra, la relación de Wagner y su sirviente caricaturiza la de Fausto con Mefistófeles.




Escenas V-VI
Fausto comienza a dudar de su decisión. El ángel bueno le pide que abandone sus planes y piense en el cielo, pero rechaza sus palabras diciendo que Dios no lo quiere ya. El ángel del mal persevera en que las ganancias bien merecen el coste. Fausto llama entonces a Mefistófeles quien dice que Lucifer ha aceptado su oferta. Fausto pregunta por qué ha aceptado Lucifer su oferta, a lo que éste responde que Lucifer busca almas para poblar su reino y hacer a los humanos sufrir al igual que él sufre.


A pesar de esta respuesta Fausto acepta el contrato, que firma con su sangre. Sin embargo, cuando trata de plantar su firma la sangre se congela, haciéndolo imposible. Mefistófeles va a buscar fuego con que volver líquida la sangre, y mientras está fuera, Fausto duda de nuevo. Cuando Mefistófeles regresa, Fausto firma el contrato, y descubre en su brazo la inscripción “Homo fuge,” (hombre huye). Mientras Fausto se pregunta a donde puede huir, Mefistófeles le presenta a un grupo de demonios que le cubren de coronas y ricas vestimentas.

Fausto comienza a interrogar a su nuevo sirviente, preguntando dónde se encuentra el infierno, a lo que éste responde que no es un lugar concreto, sino que está en todas partes, donde las almas se encuentran privadas de Dios. Como puede verse, Mefistófeles elude las mal formuladas preguntas de Fausto dando siempre respuestas evasivas. Fausto pide entonces una esposa, por lo que Mefistófeles le ofrece una diabla, que Fausto rechaza. A su petición de aprender magia, Mefistófeles de da un libro para que lea cuidadosamente.

Fausto duda una vez más, pero al aparecer de nuevo los ángeles se da cuenta de que: "...mi corazón es tan duro que no puedo arrepentirme...". Comienza entonces a preguntar a Mefistófeles sobre el universo y los planetas, y luego sobre quién creó el universo, pero Mefistófeles no puede responderle, pues "eso va en contra de nuestro reino", tras lo que se va, pues Fausto comienza a presionarle. Fausto vuelve a tener dudas, pero cuando está a punto de arrepentirse entran Lucifer, Belzebú y Mefistófeles. Éstos dicen a Fausto que deje de pensar en Dios, y hacen una presentación de los siete Pecados Capitales. Cada uno de éstos se aparece personificado frente a Fausto y hace un breve monólogo. El ver y hablar con los pecados anima a Fausto, que pide que se le enseñe el infierno. Lucifer promete llevarle allí esa misma noche y le da un libro de magia con el que puede aprender a cambiar de forma.


 
Escena VII-VIII
La escena VII se inicia con Wagner contándonos cómo Fausto ha viajado por los cielos en un carruaje tirado por dragones para aprender los secretos de la astronomía y que ahora ha estado midiendo los tamaños de las costas y los reinos, lo que le ha llevado a Roma.


Fausto aparece, contando a Mefistófeles sobre sus viajes por Europa, primero en Alemania y Francia y luego en Italia. Una vez llegan a Roma, Mefistófeles anuncia que se encuentran en la cámara privada del Papa, por lo que deciden jugarle una mala pasada. (Lo que sucede en esta escena aparece solo en textos basados en el manuscrito de de Doctor Faustus). Mientras Fausto y Mefistófeles miran, el Papa entra con un prisionero, Bruno, que había tratado de hacerse Papa respaldando al emperador alemán. Fausto y Mefistófeles se disfrazan de Cardenales y se aparecen ante el Papa, el cual les entrega a Bruno diciendo que debe ser enviado a prisión. Ellos, sin embargo le envían en caballo de vuelta a Alemania.

El Papa, después se encuentra con los cardenales de los que Fausto y Mefistófeles se habían disfrazado, los cuales, al negar que el prisionero les había sido entregado son mandados a prisión. El Papa y sus sirvientes se sientan entonces a cenar, Fausto y Mefistófeles, invisibles, alborotan alrededor de la mesa, gritando y moviendo los platos, por lo que los otros piensan que hay un fantasma en la habitación. El Papa comienza a santiguarse, para mucha diversión de los alborotadores. Cuando Fausto golpea en la oreja al Papa, todos salen corriendo. Un grupo de frailes entra en la sala, para exorcizarla de los espíritus; Fausto y y el demonio les golpean, lanzando fuegos de artificio a su alrededor y se marchan de allí.



En la escena VIII
Mefistófeles es llamado por unos ladrones borrachos, lo que enfada al demonio que los amenaza con convertirlos en un simio y un perro, tras lo que se va para reunirse con Fausto en Turquía




Coro tercero, escena IX
El coro entra en la escena para contarnos que Fausto ha regresado a Alemania y cómo ha incrementado su fama tras contar lo aprendido en sus viajes. Carlos V del Sacro Imperio Romano ha invitado a Fausto al palacio imperial.




La escena IX
se abre con dos caballeros, Martino y Frederick, que discuten la llegada de Bruno y Fausto. Martino dice que Fausto ha prometido conjurar el espíritu de Alejandro Magno. Fausto llegan ante el emperador, quien le da las gracias por haber liberado a Bruno de la irá del Papa. Fausto dice entonces que está preparado para complacer los deseos del emperador, quien le pide que conjure a Alejadro Magno y a su amante. A lo que Fausto responde que solo puede llamar a los espíritus de estos, que tendrán una forma similar, pero no idéntica, y produce a Alejandro y a su amante. Conjura también un par de cuernos en la cabeza de Benvolio, que es había mostrado escéptico de los poderes de Fausto, diciéndole que tenga más respeto la próxima vez. Benvolio, humillado, llama a sus amigos Martino y Frederick para atacar a Fausto, y mientras éste abandona la corte, Benvolio le toma por sorpresa, le apuñala y le corta la cabeza. Pero mientras están celebrando su muerte y pensando qué otras fechorías hacer al cuerpo, Fausto se levanta, con su cabeza otra vez en sus sitio. La vida de Fausto pertenece a Mefistófeles y nadie más le pude matar. Llama a Mefistófeles que trae consigo a otros diablos que torturan a Benvolio, Martino y Frederick y les dejan unos cuernos en la cabeza, dejándolos a merced de la risa del mundo


 
Escenas X-XI
Fausto vende un caballo embrujado avisando a su comprador de que no debe llevar el caballo al agua; cuando este se va, Fausto recuerda que sus 24 años de contrato están llegando a su fin y que pronto Lucifer se llevará su alma, tras lo que se queda dormido. El comprador del caballo reaparece, pues al llevar el caballo a un arroyo este se convirtió en paja, y quiere recuperar su dinero. Trata de despertar a Fausto tirando de su pierna, hasta que se la arranca y sale despavorido, mientras Fausto ríe su propia broma. Wagner luego entra y le dice a Fausto que el Duke de Vanholt lo ha llamado. Fausto está de acuerdo en asistir, y parten juntos. La siguiente escena no parece en el manuscrito A y consiste en una conversación entre los ladrones a los que asustó Mefistófeles y comprador del caballo en una taberna. La escena XI se desarrolla en la corte del Duque de Vanholt, Fausto se ha ganado el favor del duque conjurando bellas ilusiones. La duquesa pide que se le traigan uvas, a pesar de no ser temporada, y Fausto pide a mefistófeles que las traiga. En el texto B, los personajes citados anteriormente en la taberna aparecen en la corte y se enfrentan a Fausto, riendo se dé sus supuesta pierna de madera. Fausto les muestra su pierna, totalmente sana. Después comienzan a quejarse por las fechorías de Fausto, quien les silencia con un hechizo y se marchan. Los duques están encantados con la magia de Fausto y prometen recompensarle.


 
Escena XII-XIII y epílogo
Wagner anuncia que Fausto va a morir y que le ha legado todo lo que tiene, sin embargo, no actúa como tal, sino que está fuera debatiendo con otros doctores. Fausto entra con los doctores, que le piden que conjure a Elena de Troya, la cual, han decidido, es la "mujer más admirable de la historia". Mefistófeles trae a Elena, tras lo que los doctores se van. Un hombre entra tratando de persuadir a Fausto para que se arrepienta, Pero Mefistófeles hace que vuelva a jurar su alianza al infierno firmando de nuevo el contrato. Fausto pide que Mefistófeles castigue al hombre que ha tratado de persuadirle, pero éste no puede tocar su alma, aunque sí maltratar su cuerpo. Fausto pide entonces que vuelva a traer a Elena, a la que besa, tras admirar encarecidamente su belleza.




En la escena XIII,
la vida de Fausto está llegando a su fin. Cuenta a los doctores sobre su pacto con Lucifer y éstos se horrorizan y tratan de buscar un medio de salvación. Pero Fausto cree que no hay nada que hacer. Conforme el reloj avanza, Fausto comienza a rogar a Dios por que el castigo se reduzca a mil años, o cien mil años, cualquier cosa mejor que la eternidad, para que su alma pueda ser salvada. Desea haber sido un animal, así podría simplemente dejar de existir. Cuando el reloj marca las doce, los demonios aparecen para llevarse a Fausto entre los gritos y maldiciones de éste. El epílogo el coro entra alertando a los sabios de no cambiar sus almas por la sabiduría.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Zapatos Rojos


Los Zapatos Rojos
En un antiguo pueblo en españa vivia una paqueña niña llamada Carolina,
Carolina creció sola ya que su madre murió cuando solo tenía 6 años de edad,
su padre se suicido tras haber perdido a su esposa quien tenía tan solo 21 años.
Al ser abandonada, un padre de una parroquia pequeña cuido de ella
y cuando cumplio 14 años resivió un regalo de parte del padre
eran unos zapatos rojos heredados de su madre,
y el padre los habia conservado por un tiempo.
En uno de esos dias nublados hubo una gran fiesta por el cumpleaños de la hija de una familia de la alta sociedad y todos en el pueblo estaban invitados, Carolina estaba muy emocionada de ir, y conocer a la hija de esa familia.
Cuando anocheció Carolina se preparo y se puso un hermoso vestido acompañado con unos bellos zapato rojos, Carolina le pregunto al padre,-Padre ¿Cuándo iniciará la fiesta?-
-Pronto hija, pronto-contestó el padre. Entonces las luces de la hermosa mansión se encendierón
y la fiesta comenzó, Carolina veía como todas las parejas bailaban y se dezlizaban en el salón,
entonces Carolina vió a un joven muchacho acercandose a ella, -me permitiría bailar con usted en esta hermosa noche de luna-, le pregunto el muchacho ha Carolina y carolina gustosa le respondió,-Si, seguro-
Carolina y aquel apuesto joven bailarón durante aquel baile, cuando depronto la musica paró y apareció una hermosa joven con un bello traje de ballet y comenzó a danzar po todo el salón,
Carolina quedó asombrada al ver como aquella joven bailaba con tanta gracia, al terminar, todos lo invitados de esa noche aplaudierón, al regresar a la iglesia Carolina pensó toda la noche sobre aquella bella danza,
Al amanecer  Carolina le dijo al padre de la iglesia que ella quería estudiar aquella hermosa danza, -muy bien Carolina- le respondió el padre. Carolina estudió sin descanso esa danza la cual se fue convirtiendó poco a poco en una obsesión.

Cuando Carolina cumplió la mayoría de edad  se dedicó al ballet, el padre se enorgulleció de ella al ver
que se había convertidó en una mujer muy dedicada a su trabajo, aunque pensó que tal vez esa dedicación se podría haber convertido en una obsesión.
En una noche como aquella noche del baile fue contratada para un recital en un teatro
muy famoso, ella pensó que podría ser su gran oportunidad y aceptó.
En esa noche Carolina se convirtió en una estrella al recibir un gran número de aplausos.
Después de ese maravilloso espectaculó Carolina fue llamada a varios teatro,ballets y recitales, se podria decir que fue obligada a bailar hasta ya no poder más.
Carolina estata a seguir bailando esa apasionada danza, aunque terceras personas le decían que no, que
ya parará,que esta danza se estaba convirtiendó en una obsesión, ella no los escuchaba y continuaba, y continuaba bailando.
Carolina recibió una llamada de  una familia muy rica, para bailar y para su entretenimiento, Carolina aceptó
y asistió a esa casa fue obligada a bailar cada día y cada noche durante mucho, mucho tiempo.
Hasta que un día no despertó y durmió eternamente,
 Tan solo con aquellos zapatos rojos en sus frías manos.

inspiración de título: Hans Christian Andersen (La bailarina de los Zapatos Rojos)